HISTORIAS DE ESPAÑA Y DINAMARCA – CAPÍTULO 3
Sandri, y su tropa. De Gran Canaria a Copenhague.
Hoy os traemos la historia de Sandri, una mujer dulce y tranquila, positiva y proactiva que vino con su familia desde Gran Canaria a vivir a Dinamarca hace ya más de 4 años. ¿Cómo fueron sus comienzos y por qué vino a Dinamarca?
¿Por qué Dinamarca?
Sandri nos confiesa que la primera opción que valoraron no fue realmente Dinamarca, sino Holanda ya que Jorge, su marido, tiene parte de Holandés. Cuando Asier, su hijo mayor, tenía sólo 8 meses se fueron de visita a Holanda y les encajó la idea de vivir allí. Querían salir de España porque Jorge se había quedado sin trabajo hacía casi dos años, tras su boda, por causa de la crisis y se decidieron a buscar nuevas posibilidades en otro país.
“Ya teníamos pensado tener otro bebé y que naciera en Holanda. Pero a la vuelta me quedé embarazara de Eira y lo tuvimos que aplazar, cuando Eira tenía un mes y medio fuimos a BCN a presentársela a su familia y Jorge, que había vivido en Copenhague hacía 18 años, se vino con sus amigos a celebrarlo. Así apareció la idea de probar aquí y cambiamos la idea, si no iba bien, siempre podríamos probar en Holanda”
Jorge se vino sólo, con una maleta a Jylland, donde se quedó con una familia y desde allí comenzó a mirar ofertas y entregar currícula por las empresas. Le recomendaron que fuera a Copenhague, que no se quedara en Jylland, ya que allí había más trabajo.
Ya instalado en Copenhague se acercó un día al aeropuerto y le dijeron que «no se hace así», que todas las aplicaciones a trabajos en el aeropuerto, así como los envíos de autocandidaturas se hacen por internet, pero…. “que justo ese señor que pasa por ahí es nuestro jefe, intenta hablar con él (señalando hacia los mostradores de facturación)” ¿Y qué ocurrió? Que precisamente necesitaba a alguien y el C.V. de Jorge cuadraba, por lo que le hicieron una prueba. Así fue como Jorge consiguió el trabajo en el aeropuerto que les permitiría mudarse a Dinamarca.
“El apartamento fue más difícil de conseguir, Jorge estuvo 4 meses de piso en piso, hasta que pudimos mudarnos todos juntos al definitivo” Nos cuenta Sandri.
¿Cómo fue tu llegada?
“La llegada fue con mucha ilusión, soy muy positiva y estaba deseando conocerlo todo. Pasamos mucho frío tras un verano caluroso en Canarias y Barcelona. Ahora me río de ese frio”
¿Qué fue lo que más te llamó la atención cuando llegaste?
“Al principio me impactó negativamente que los vecinos no te saludaban si te veían por ahí, o que no se hicieran comentarios o chascarrillos en la cola del supermercado, como estaba acostumbrada en Gran Canaria”
Sandri nos contó también que como algo positivo y en contraposición a lo anterior, le sorprendió gratamente que la gente te sonríe al cruzarse contigo. Es cierto, que esto es algo que sorprende a casi todo el mundo cuando llegan al país, es una sensación bastante agradable.
“Esto me parecía extraño, unos no te saludan conociéndote y otros te sonríen por la calle sin conocerte”
Pero lo que más le impactó de todo, era ver los carritos de los bebés en la calle mientras las mamás o papás tomaban dentro un café, tranquilamente. ¡No lo podía creer!
Por otro lado cuando llegó a Dinamarca y veía el precio del café en las cafeterías, (iba con su calculadora siempre cambiando de coronas a euros) nos confiesa que nunca tomaba nada, pero con el tiempo, tuvo que olvidarse del Euro y ser un poco Køvenhavner (es el gentilicio de la gente de Copenhague, en danés) y decidió no preocuparse tanto por el precio de las cosas, que es el que es, así que empezó también a disfrutar de ello.
Los primeros días de Sandri en Copenhague fueron tranquilos. Se dedicaba básicamente a pasear por el barrio con los niños, a gestionar diversos «papeleos» que hay que hacer al inicio, como inscribir a los niños en las listas de espera en las guarderías.
En ese momento, nos cuenta Sandri, que su segunda pequeña, Eira era muy apegada a ella, pero le permitieron ir a la guardería durante un mes con ella, fueron muy flexibles. Según cuenta “ además la profesora me ayudaba con el idioma y me explicaba cosas, era la única que conocía en el país, me explicó hasta cómo ir al ginecólogo”.
Cuando Eira ya se quedaba tranquila en el vuggestue (guardería de 1 a 3 años) , decidió apuntarse a clases de danés 5 días a la semana. Lo habitual de las clases intensivas es ir 2/3 días a la semana pero esforzarse más al principio para poder avanzar rápidamente. Sus planes en ese momento eran básicamente estudiar danés y estar con los niños por la tarde. Al ser los meses más fríos y oscuros del año, se iban frecuentemente a las bibliotecas, es entonces cuando pudo descubrir que eran maravillosas para ir con niños, así como los diversos parques interiores que hay por la ciudad. Los niños se acostaban muy pronto por la oscuridad de esos meses del año.
¿Cómo fue tu evolución aquí?
Sobre el mes de abril a través de Facebook encontraron un grupo de padres hispanohablantes el cual fue su primer contacto con amistades. Hicieron un encuentro con ellos y dió una sesión de yoga en familia. A partir de entonces, empezó a surgir mucha gente interesada en las sesiones de Yoga en familia, por lo que se hizo autónoma y comenzó su propio centro de Yoga para familias, donde iban niños daneses, españoles y de otros países. Según sus propias palabras “ esto me ayudó mucho con el danés, ya que al hablar con niños parece que me soltaba más a hablar, no me daba tanta vergüenza.”
“Hice grandísimas amistades gracias al yoga. Algunas mamás querían yoga para embarazadas, también para bebés y se formó una comunidad de mamás y papás muy bonita. Al acabar las clases de danés, casi dos años después de llegar, me quedé embarazada de Arán, mi tercer hijo. Seguí con el Yoga, y me dediqué mucho a pasear por la ciudad, quedar con las amigas y tomar cafés” Esta vez sí, al estilo Københavner . 😊
En mayo de 2017 se mudaron Billund en Jylland (Jutlandia) buscando nuevas oportunidades de trabajo, y una mejor relación calidad/precio de la vida. Fueron sin trabajo y aquí siguen en este momento, comenzó dando sesiones de yoga a una vez a la semana pero decidió buscar empleo, ya que de momento Jorge tampoco estaba trabajando.
“Fui por el aeropuerto, por los parques de atracciones como Lalandia y finalmente conseguí empleo en Legoland. Es un lugar maravilloso para trabajar muy divertido donde puedo interactuar con los niños y charlar, vestida de pirata o de Ninjago. Ahora mismo estoy muy feliz de hacer lo que hago y de estar donde estoy”
¿Cuánto tiempo te gustaría quedarte a vivir en Dinamarca?
“No sé si toda la vida”, nos confiesa Sandri, pero sabe que se quedará muchos años, sobre todo por los niños, porque no podría pagar en España el tipo de educación y crianza que obtienen aquí. Sandri, como muchas otras personas que vivimos aquí, considera que los niños en España a los 8 años ya están saturados de tareas, los abarrotamos a actividades y comienzan a estresarse demasiado pronto.
Hay muchos padres con jornadas laborales partidas que no pueden dar más de si, y necesitan dejar a los niños en actividades todo el día. Sabe que mucha gente prefiere que sus hijos empiecen a leer y escribir más pronto, pero su manera de verlo no es esa. Asier, su hijo mayor, empezó el cole a los 5 años, un poco pronto porque es de noviembre y de momento, va muy bien. Por esto, principalmente, consideran que se quedarán en Dinamarca bastantes años.
¿Recomendarías Dinamarca como país para vivir?
“Lo recomendaría a una familia con niños, porque pueden ser niños. En España no les dejamos ser niños y parece que molestan, allí recuerdo ir a actividades o espectáculos completamente saturadas de gente, con peleas de las familias por estar delante. Esto era en Gran Canaria, había poca oferta y aquí hay tantas actividades de todo tipo que no sabes ni qué elegir, los museos tienen zona infantil, pueden tocar, manipular…. En el colegio empiezan más tarde y pueden ser niños durante mas tiempo. Para nuestro modo de crianza nos parece un país perfecto.”
¿Qué le dirías a esas personas que están valorando venir a vivir a Dinamarca?
“Nunca diría -No vengas. Como hay gente que suele hacer en algunos grupos de facebook. Es cierto que no es un país que te lo ponga fácil, pero si eres aventurero y no te preocupa probar y volver si no te gusta, creo que es una buena opción. A mi no me gusta quedarme con un “y si…” por lo que creo que es mejor probar. Si te quieres venir, inténtalo, es difícil, pero no imposible.
Muchas gracias Sandri por contarnos tu historia.
Esperamos os haya gustado y os sirva de motivación para poder tomar vuestras propias decisiones.
Volveremos con más historias de España y Dinamarca.
Saludos desde Copenhague.
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